miércoles, 10 de marzo de 2010

ATENCION LEER! BIOETICA

  • CLASE INAUGURAL: BIOETICA SABADO 13/03/10
    ATENCION ALUMNOS
    POR FAVOR LEER EL MATERIAL PARA LA CLASE INAUGURAL QUE ESTA EN EL BLOGGER, HUMANISMO MEDICO Y PLANEAMIENTO ESTRATEGICO.... Y EL DR LOPEZ
    MUCHAS GRACIAS .
  • HUMANISMO MÉDICO
    Martín Nizama-Valladolid
    Introducción

    Durante los últimos 50 años, gran parte de los profesionales de la medicina, progresivamente han perdido la imagen humanista que los identificó con el modelo hipocrático durante milenios, para ser considerados como simples técnicos, ávidos de reconocimiento económico y profesional, adheridos al modelo racional cientificista y divorciado de la sensibilidad humana, consustancial al ejercicio de la medicina clásica, cuyo humanismo sustentaron para la posteridad médica los más calificados cultores del pensamiento ecuménico, tales corno Hipócrates, Aristóteles, Platón o Gracián. Ellos aportaron los conceptos esenciales que definen la espiritualidad humana.
    Asimismo, humanistas y personalidades paradigmáticas como Honorio Delgado, entre otros, han enfatizado con esclarecida sapiencia que la esencia del humanismo es el amor al prójimo, razón de ser del acto médico a través de los tiempos. "En la esperanza de que su lectura despierte dormidas inquietudes”, se escribe este ensayo con el propósito de contribuir a reencender la antorcha del humanismo activo en el gremio médico nacional, cuya entraña espiritual nunca debe dejar de nutrirse de las fuentes del saber hipocrático.
    El ejercicio de la medicina moderna adolece actualmente de un proceso de deshumanización en la sociedad globalizada; principalmente, en las sociedades desarrolladas en las cuales prevalecen los estilos de vida materialista, el hedonismo, el vacío espiritual y la cultura de la banalidad. En este contexto, la salud ha sido convertida en una costosa mercancía por un mercado perverso que ha hecho de la codicia lucrativa su leit motiv. Por su lado, la gran mayoría de médicos se han adherido acríticamente a la tecnología de punta y han abandonado su esencia humanista, en desmedro de su identidad profesional. El costo de esta enajenación es muy elevado, porque de este modo el médico se niega a sí mismo, proyecta tina imagen profesional que a menudo es percibida por la comunidad como mercantilista, y su fin prioritario es buscar un mayor status socioeconómico y aprovechamiento per­sonal, carente de sensibilidad humana.
    Las sociedades del tercer mundo no son ajenas a este pro­ceso de deshumanización médica, en perjuicio de los sectores sociales menos favorecidos, para los cuales el acceso a los servicios de salud a menudo es inalcanzable; no obstante la abrumadora retórica en sentido contrario.
    De igual modo, las remuneraciones laborales atentan contra la dignidad del profesional de la salud, afectando su autoestima, motivación, expectativas de superación personal, el acceso a la capacitación continua y a la alta competitividad. La creación desmedida de facultades de medicina, es otro factor estructural de la deshumanización médica.
    De otro lado, la insensibilidad humana prevalece en todos los niveles de atención de los servicios de salud: asistencial, administrativo y de apoyo.
    Todos estos sucesos han inducido a las sociedades médicas como la American Board of Interna J Medicine a dar la voz de alarma y a enfatizar la necesidad de potenciar vigorosamente la formación humanista durante la carrera de medicina.
    A continuación se analizan algunos aspectos de este fenómeno social decadente que deshumaniza al médico. Asimis­mo, se propone un plan estratégico con el propósito de impulsar la reversión de este proceso de deshumanización anética en la grey médica.
    DEFINICIÓN DE HUMANISMO MÉDICO
    Es el quehacer médico desarrollado con sumo respeto, amor y abnegación en bien del ser humano necesitado de ayuda en el campo de la salud integral. Es un comportamiento de servicio continuo, pletórico de valores humanos y éticos, que se brinda con un compromiso personal, profesional e institucional idóneo; generando confianza y gratitud en el paciente, su familia y la comunidad. De éste modo el médico logra un sólido prestigio y liderazgo social.
    Causas de la deshumanización de la medicina

    - Prelación del racionalismo científico en desmedro de la sensibilidad humana.
    - Deficiente selección de postulantes, sin la exigencia de una auténtica vocación médica
    - Exigente proceso de selección durante los estudios de medicina, con énfasis exclusivo en los conocimientos científicos y técnicos.
    - Escasa o deficiente formación humanista durante la carrera médica.
    - Predominio de asignaturas técnicas en las Facultades de Medicina y eliminación de los cursos de humanidades.
    - Relación médico- paciente, basados en aspectos comerciales con una creciente desconfianza de parte del paciente.
    - Sobreexposición del médico al sufrimiento del doliente, en una sociedad que rechaza el dolor humano y la muerte; sin estar formado para manejar el sufrimiento.
    - Evitación sistemática del tema de sufrimiento humano durante la formación médica. Se le aborda de modo super­ficial, con miedo y sin compromiso auténtico con el dolor del prójimo.
    - Sobresaturación del mercado médico, debido al exceso cuantitativo de profesionales de la medicina.
    - Explotación inicua del médico: Sueldos denigrantes, service, abuso de los seguros públicos y privados que exigen producción cuantitativa y no cualitativa.
    - Imposición de un impersonal lenguaje de marketing, que enajena al médico de su esencia humanista: cliente, gerencia, productividad, mercado, costo-beneficio, etc.
    - Médicos poco humanistas, presentados como "modelos de éxito" o paradigmas.
    Indicadores de deshumanización en la medicina
    - Prelación de la insensibilidad humana en la prestación de servicios de salud.
    - Prioridad del mercantilismo en la atención de salud.
    - Calidad total sustentada en la productividad, rentabilidad, lucro desmedido y valores agregados materialistas.
    - Avidez por el status social en desmedro de la calidad humana del rol médico.
    - Ausencia de empatía en la relación médico- paciente.
    - Sacralización del saber científico y de la tecnología de punta, en detrimento de la esencia del quehacer médico: Vocación de servicio.
    - Conversión del médico en un técnico ególatra ávido de figuración personal.
    - Culto irracional a la soberbia, codicia y pseudosapiencia. Desinterés por la sabiduría en el médico.
    - Proliferación irracional de Facultades de Medicina con exceso de alumnos y una inadecuada selección de docentes y discentes.
    - Sustitución del colegaje o camaradería médica por celo profesional, deslealtad, egoísmo, intriga, abuso de poder, abuso de autoridad, acoso, maltrato y avasallamiento al colega.
    - Institucionalización de la indolencia, el despotismo, el maltrato y la impune violación de los

    derechos de los pacientes en las instituciones de salud, principalmente públicas.
    - Tolerancia o encubrimiento de la negligencia médica, iatrogenia, abusos y vicios institucionales burocráticos.
    - Abandono de la ética médica
    - Abdicación del Juramento Hipocrático.
    Médico deshumanizado

    Perfiles de médico deshumanizado

    - Médico mercantilista ////// - Médico soberbio ///// - Médico abortero
    - Médico matasanos ////// - Medicucho
    Secuelas de la deshumanización en la medicina

    - Negligencia médica ///// - Malpraxis ///// - Yatrogenia //// - Pseudotratamientos
    - Impericia médica /////// - Intrusismo ///// - Indolencia /////- Maltrato ///// - Síndrome de la
    conveniencia médica ///// - Imagen social negativa

    Principios
    rectores del humanismo médico

    - Principio del Amor: "Ama a tu prójimo como a ti mismo".
    - Principio de Unidad: “Las cosas están bien cuando marchan en conjunto, no aisladamente".
    - Principio de Acción Final: “El fin no justifica los medios".
    - Principio del Entendimiento: “Harás desaparecer tus con­flictos cuando los entiendas en su última raíz, no cuando quie­ras resolverlos".
    - Principio de Libertad: “Libertad es la capacidad de optar sin coacción, en fúnción de la verdad".
    - Principio de Solidaridad: “Es el compromiso afectivo y efectivo con el necesitado”.
    - Principio de Sensibilidad: "Sentir como propio el dolor ajeno"
    -
    Principios éticos de la medicina

    - Autonomía: Todo ser humano es único e inviolable. Depende de sí mismo.
    - Beneficencia: Todo ser humano merece el bien.
    - No maleficencia: “Primum non nocere". Primero, no hacer daño.
    - Justicia: Todo ser humano tiene iguales dereque

    - Perfil del médico humanista

    BONDAD /// Es la primera de las cualidades que un médico necesita po­seer para Buscar primordialmente el Bien del paciente en todo acto médico.
    Hipócrates decía a sus discípulos: “La filantropia -amor al semejante- es la virtud principal del médico". Si el médico no la tiene, su ejercicio profesional será frío, deshumanizado y peligroso.
    La actitud benévola del médico influye positivamente en procesos tan biológicos como la cicatrización y la regeneración de un tejido. El médico debe poseer ecuanimidad y ser una persona psicológicamente madura para que el sufrimiento de su paciente no lo desequilibre y siempre conserve la calma y lucidez en su quehacer profesional.
    La regla de oro del comportamiento médico debe ser: Trata a tu paciente como quisieras que te traten a ti.
    SABIDURÍA /// El médico necesita conocimientos teóricos, habilidades, destrezas y gran sensibilidad humana para poder ejercer la medicina con eficiencia. Además, debe estar consciente de su preparación y ser capaz de reconocer sus limitaciones; y en caso necesario, estar dispuesto a buscar la ayuda del colega para solicitar su opinión o remitirle al paciente.
    RESPETO //// Respeto por el paciente y por la profesión que practica. Respetar al paciente significa tratarlo como ser humano que es; a través de actitudes, palabras, gestos y tono de voz adecuados. La presentación pulcra del médico es señal de respeto por sí mismo y por el paciente, constituyendo un aspecto relevante del arte de la medicina. La etiqueta social es consustancial al ejercicio de la medicina.
    COMPASIÓN //// Ser sensible al sufrimiento que padece otra persona. Compartir el dolor humano.
    SOLIDARIDAD /// El médico es un paradigma de solidaridad humana en la sociedad. Cuando se entrega generosamente a su profesión, obtiene el respeto, reconocimiento y gratitud de la comunidad a la cual se debe.
    INTEGRIDAD //// El médico íntegro asume cabalmente las siguientes funciones:
    - Investigación científica // - Asistencia // - Colegaje // - Paradigma social //- Liderazgo
    - Docencia // - Gremialismo // - Erudición // -


    Eminencia médica

    El común de las gentes identifica como eminencia médica a aquel galeno que en cumplimiento
    cabal del juramento hipocrático presenta el siguiente perfil:
    - Científico // - Biomédico // - Humanista // - Erudito // - Maestro // - Paradigma ético:

    Espiritualidad armónica

    Principios y valores humanos esenciales que se cultivan primariamente en el seno familiar con el buen ejemplo y la perseverancia. La espiritualidad humana armónica comprende:
    - Fe // - Esperanza // - Paciencia // - Libertad // - Altruismo // - Sensibilidad //
    - Honestidad // - Dignidad // - Templanza // - Voluntad // - Empatía // - Honor
    - Bondad // - Nobleza // - Veracidad // - Equidad // - Estoicismo // - Reflexión
    - Felicidad // - Posteridad // - Amor // - Fortaleza // - Justicia // - Responsabilidad
    - Transparencia // - Sencillez // - Lealtad // - Humildad // - Gratitud // - Bienestar
    - Buena fe // - Sobriedad // - Respeto // - Decencia // - Ética // - Solidaridad
    - Meditación // - Mística // - Trascendencia

    Colofón

    El prodigioso avance científico y tecnológico de la medicina, siempre debe estar precedido por el noble estandarte de los valores éticos y morales de la generosa sensibilidad humana.
    "Quien sólo de medicina sabe, ni medicina sabe", Letamendi


    Juramento Hipocrático

    Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higias y Panacea, y por todos los dioses y diosas, a quienes pongo por testigos de la observancia del siguiente juramento, que me obligo a cumplir lo que ofrezco, con todas mis fuerzas y voluntad. Tributaré a mi maestro de medicina el mismo respeto que a los autores de mis días, partiendo con ellos mi fortuna, y socorriéndoles si lo necesitasen¡ trataré a sus hijos como a mis hermanos, y, si quisieren aprenderla ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin ningún género de recompensa. Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los de mi maestro, y a los discípulos que se me unan bajo el conve­nio y juramento que determina la ley médica, y a nadie más.
    Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechoso, según mis facultades y mi entender, evitando todo mal y toda injusticia. No accederé a pretensiones que se dirijan a la administración de venenos, ni induciré a nadie sugestiones de tal especie; me abstendré igualmente de aplicar a las mujeres pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. No ejecutaré la talla, dejando tal operación a los que se dedican a practicarla.
    En cualquier casa que entre no llevaré otro objeto que el bien de los enfermos, librándome de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras, y evitando, sobre todo, la seducción de las mujeres y jóvenes, libres o esclavos. Guardaré secreto de lo que oiga o vea en la sociedad y no sea preciso que se divulgue, sea o no del dominio de mi profesión, considerando el ser discreto como un deber en semejantes casos. Si observo con fidelidad mi juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjurio, caiga sobre mi la suerte contraria, 400 a.C.
    Bibliografía

    REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
    1. Aristóteles (2001): Ética a Nicómaco. Versión, introducción y notas: Javier Fernández Aguado. Instituto de Humanidades. Ángel Hayala. Biblioteca de Management CIE Dossat. Madrid.
    2. Bustamante, C. (1985): Ética, Medicina y Sociedad. Diseño Gráfico Integral. Lima.
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    4. Delgado, H. (2001): De la Cultura y sus Artífices. Centro Editorial. Universidad Peruana Cayetano Heredia. Segunda Edición. Lima.
    5. Gracián, H. (1997): El Criticón. Tomo I y II Ediciones Altaya. Barcelona.
    6. Guerra-García, R. (2000): Alberto Hurtado: Médico, Investigador y Educador. Atlantes Ediciones S.A. Lima.
    7. Nizama-Valladolid, M. (2001): La Década Dantesca del Perú. Visión de un psiquiatría. Editorial Milla Batres. Lima.
    8. Platón. (1986). Obras Completas. Segunda Edición. Sexta Reimpresión. Editorial Aguilar. Madrid.
    9. Ramírez, A. (1995): Ser Médico. Revista Médica Peruana. Enero-Marzo.
    10. Ramírez,A. (1995): La faceta humana de¡ médico. Diagnóstico. Vol. 34, N°2. Mar Abril.
    11. Rivera, F.,Wu, D. y Perales, A. (1997): Civilización y Medicina. Lecturas de Bioética. Biblioteca de la Facultad de Medicina de San Fernando. Centro de Producción Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima.
    12. San Agustín. (1997): Confesiones. Traducción de José Cosgaya, O.S.A. Cuarta Edición. Biblioteca de Autores Cristianos. BAC. Madrid.
    13. Savater, F. (1991): Ética Para Amador. Ariel, Barcelona
    14. Savater, E (1998): Ética, política, ciudadanía. Editorial Grijalbo, S:A. México.
    15. Tierno, B. (1996). Valores Humanos. Taller de Editores S.A. 12° edición. Madrid
    16. Vélez, L.A. (1998): Ética Médica. Interrogante acerca de la medicina, la vida y la muerte. Corporación Para Investigaciones Biológicas. CIB. Segunda Edición. Reimpresión. Medellín.
    Médico Psiquiatra. Jefe del Departamento de Farmacodependencia del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado-Hideyo Noguchi”.Profesor Principal de los Departamentos Académicos de Psiquiatría de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.Correspondencia: Torre de Consultorios Anglo Americana 3er. piso, San Isidro. Telf. 4219939 An. 430. E-mail: maniva@terra.com.pe

TRABAJO PRACTICO N I

Usted deberá elegir una de las acciones que practicará y desarrollará a lo largo del cursado de MEDICINA I, y será evaluado por su desempeño. Lo que elija será evaluado por el profesor.

HUMANISMO MEDICO


Planeamiento estratégico

OBJETIVO GENERAL
Humanizar el quehacer médico enseñando la bioética en pregrado, postgrado, educación continua y en el ejercicio profesional cotidiano, con el propósito de ejercerla medicina con compromiso social, sapiencia, arte y valores éticos y morales.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
- Cultivar la sensibilidad humana del médico.
- Estimular en el médico la vocación de servicio a la comunidad.
- Desarrollar en el médico una sólida actitud solidaria.
- Integrar el saber científico y la sensibilidad humana durante la formación médica.
- Practicar el acto médico con calidez y sapiencia.
- Desarrollar en el médico el más elevado respeto por sí mismo y por sus semejantes.
- Ejercer la medicina con genuino amor al prójimo.
- Sensibilizar a los discentes, docentes y médicos con respecto a los valores éticos y morales.
- Hacer del médico un paradigma de trato humano y conducta ética.
- Respetar en forma irrestricta los derechos humanos de los pacientes y sus familiares.
ESTRATEGIAS
- Aprender la escucha activa durante la atención al paciente.
- Motivar al médico a cultivar una óptima imagen personal, profesional e institucional.
- Promover el desarrollo de la cultura humanista en el médico.
- Promover el desarrollo de la autoestima e integridad per­sonal del médico.
- Motivar al médico para el ejercicio cotidiano de la atención humanista.
- Capacitar al médico en los principios del humanismo aplicados al campo de la salud.
- Utilizar paradigmas positivos: médicos eminentes, docentes, autoridades y líderes formales e informales de la comunidad médica con sólidos principios humanistas.
- Ofrecer paradigmas de atención con calidez humana.
- Motivar al discente y docente médico a involucrarse con la literatura educativa y las artes de la cultura humana: música, pintura, escultura, ópera, cine, etc.
- Inducir al médico a reflexionar acerca de su rol de líder en la comunidad.
- Crear instrumentos de evaluación sistemática de¡ quehacer humanista.
ACCIONES
- Escuchar al paciente con suma atención, interés, respeto y calidez.
- Cumplir con las reglas básicas de etiqueta social: cortesía, cordialidad, decencia, decoro, aliño personal, pulcritud, puntualidad, buenos modales, elegancia y señorío durante el acto médico y en la conducta social cotidiana del profesional médico.
- Estimular en el médico la lectura de la literatura humanista, clásica y moderna.
- Enseñanza práctica de la ética médica en el pregrado, post­grado y en la educación continua.
- Monitoreo continuo del programa de educación humanista del médico.
- Práctica grupal de la introspección, autoanálisis y autocrítica entre los médicos.
- Realizar talleres de relaciones humanas saludables con la totalidad del Cuerpo Médico.
- Trabajo grupal sobre ejercicio humanista de la medicina en el ámbito público y privado.
- Supervisar diariamente la calidad del trato humano en la atención de salud.
- Realizar conferencias sobre la necesidad del humanismo en el campo de la salud.
- Divulgar la cultura humanista mediante afiches, trípticos, folletos, cartillas, videos, internet, página web y otros medios audiovisuales.
- Realizar socio dramas sobre trato humano al paciente y su familia.
- Difundir y hacer cumplir los derechos del paciente y su familia
EVALUACIÓN DE LOS RESULTADOS
- Aplicar encuestas periódicas a pacientes y familiares sobre la calidad del trato humano en la atención de salud.
- Aplicar encuestas periódicas al personal médico sobre la calidad del colegaje médico y el trato humano entre los profesionales de la medicina.
- Identificar indicadores de salud mental en el personal médico.
- Divulgar reservadamente en el ámbito médico los resultados de las evaluaciones periódicas sobre trato humano.

DR LOPEZ, A

HUMANIDADES, MEDICINA Y BIOÉTICA MÉDICA.
Autor: Adriano López. Profesor Emérito de la UCA. Colegiado de Honor. Magíster en Bioética.


Un valor muy preciado y que caracteriza a las Humanidades es el pensamiento reflexivo y crítico que ofrece su variado contenido: la filosofía, la historia, la literatura, la lengua, la sociología, las artes…Indaga en lo más profundo del ser humano, en su pensamiento, en su conducta y en el contexto cultural, histórico y social en que se encuentra.

Sin embargo el término “humanidades” por si solo ya da motivo a confusión por haber tenido varios significados, y se hace aún más impreciso al tratar de aplicarlo a la medicina (ver ADRIANO LOPEZ : “Apuesta por una práctica más humana del arte de curar”. Medicina Gaditana, diciembre 2007.- Y “Humanidades y Medicina”- Pag. web Facultad de Medicina, 2008-01-02 ). Se entiende que sea así, porque por una parte, el “humanismo médico” nunca ha tenido una personalidad propia y se ha debido mantener en paralelo y con dependencia del humanismo general. Por otra parte, los médicos hemos entendido como “saberes humanísticos” los cultivados en los ratos libres, al finalizar nuestra jornada normal de ejercicio profesional o en los fines de semana. Y así, GREGORIO MARAÑÓN, considerado por muchos como paradigma del médico humanista, piensa que en general para los profesionales y para el médico, el cultivo de las artes y de las humanidades tiene el sentido de un pasatiempo para “combatir el hastío de los quehaceres rutinarios y oficiales, los cotidianos, derivando parte de nuestras atenciones por senderos diferentes”. Y escribe: “Es innata la tendencia de los hombres inteligentes que viven sujetos al ejercicio de una profesión, a compensar la monotonía de este ejercicio con la práctica pública o el secreto cultivo de otras actividades”. MARAÑÓN tenía demostrada una gran formación humanística, pero sus escritos han servido para que muchos redujeran las humanidades médicas a un puro pasatiempo culto, que permitía al profesional que escribía o que pintaba en sus ratos libres, relajarse y descansar, y además a quedar bien entre sus amigos o en los círculos culturales de su cercanía.

La expresión “humanismo médico” ha tenido en el pasado y sigue teniendo hoy distintos sentidos: uno, más antiguo, el teológico; otro, más actual, el positivista. Aunque ambas versiones se solapan en el tiempo e incluso tienen una cierta vigencia actual, las consideraré por separado.

1.-Versión teológica: Pretende complementar el carácter excesivamente “corporalista” y hasta materialista de la medicina, con un importante contenido religioso. La medicina puede entender el cuerpo humano como una máquina o como un mecanismo, bastante complejo, pero explicable por causas materiales o físicas. El humanismo teológico propone, por el contrario, un ser humano en el que se aseguran el alma y el espíritu con la categoría propia de la tradición cristiana. Si sumamos a este enfoque antropológico, el ético, con los juicios sobre lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, el humanismo teológico defiende la imposibilidad de fundar una ética al margen de la idea de Dios y de los credos religiosos. Considera que la razón humana no es autosuficiente para dirigir la propia vida y, en consecuencia, los deberes morales no pueden definirlos la razón humana sola sin la asistencia divina y por tanto de la teología. Para ellos, sin teología no hay humanismo.
Pero sería un error considerar que esta visión teológica del humanismo ha desaparecido con el proceso de secularización progresiva acaecida en los últimos tiempos. Ha continuado bajo diferentes coberturas, variando su estrategia. Una es el “hipocratismo”, que trata de respetar y conservar los ideales hipocráticos confundidos con los propios del humanismo teológico: “la medicina es un regalo de los dioses, y el médico un intermediario entre las divinidades y los hombres”. Lo hacen por desconocimiento del verdadero sentido original de los textos hipocráticos. Además, el Juramento desde siempre fue interpretado en clave teológica por la que debía regirse el médico cristiano. Pero hoy la polémica se ha desplazado al ámbito de la Bioética Médica, con los mismos argumentos: la imposibilidad de elaborar una ética médica al margen de la teología y de la religión, y por tanto la necesidad de que el médico ordene su conducta profesional, de acuerdo con los cánones de la moral cristiana. Y es que la versión teológica ni ha desaparecido ni carece de vigencia.

2.- Versión positivista: Es la versión del humanismo que goza de mayor vigencia, que surgió a partir del Renacimiento y alcanzó su madurez con el movimiento positivista de la segunda mitad del siglo XIX. Un somero recuerdo histórico nos muestra que con la aparición de la ciencia como saber cierto y universal, ya en el siglo XVII se cree que la razón es capaz de construir la realidad y consideran que los saberes cultivados por los humanistas del siglo XVI están faltos de rigor y no merecen ser llamados científicos. Por ello las humanidades aparecen ya como saberes blandos o débiles, y toma cuerpo una distinción que aún hoy es ampliamente utilizada: “ciencias duras” y “humanidades blandas” (hard sciences y soft science).
Esta dialéctica establecida entre ciencias duras y humanidades blandas gana enteros con el movimiento positivista. El positivismo no consideró como saber riguroso más que el basado en “hechos”, los “hechos positivos”, y especialmente en los “hechos científicos”. Pero fue capaz de convertir el estudio de los “valores” en científicos, a través de su análisis como “hechos positivos”. Así, las humanidades médicas consistirán en la aplicación de los saberes y procedimientos “blandos” pero científicos, de la Sociología, Antropología, Psicología, Ética e Historia, al estudio de la salud y de la enfermedad. Habrá, por tanto, una Historia de la Medicina, una Sociología médica, una Antropología médica, una Bioética médica…
Por otra parte, la ética médica se ha identificado primero con la Religión (la moral profesional teológica, que aún tiene una evidente influencia); y después con el Derecho (la actual Deontología profesional). Hasta llegar a la Bioética Médica, que ocupará sin dudas el lugar que le corresponde, desligada de las ataduras que durante mucho tiempo le impidieron desarrollarse de manera adecuada. Con un evidente solapamiento, que aún persiste y que sin dudas, es útil. Costará su trabajo y su tiempo, pero la rueda de la historia terminará poniendo a la Bioética Médica en el sitio que le corresponde, respetuosa con todos los posicionamientos pero sin ser un apéndice de la Teología ni confundirla con el Derecho sanitario.

PROPUESTA DOCENTE A CONSIDERAR:

Es muy grande la contribución de la medicina científica al bienestar y la salud de las personas. Pero esta formación no cubre por completo las necesidades de los profesionales de la medicina. Porque la ciencia médica actual no es capaz de captar e interpretar en toda su profunda dimensión humana los fenómenos de la salud y la enfermedad, y de la amplísima conjunción de factores, más allá de los puramente biológicos, que las definen. Por eso es necesario dotar a los futuros médicos de una formación global, que contemple al lado de un elevado nivel de conocimiento, el aprendizaje de habilidades, actitudes y sobre todo, valores.

De ello se ocupan las Humanidades Médicas, conjunto de disciplinas, que desde diferentes perspectivas, ética, jurídica, filosófica, histórica, económica, sociológica, antropológica, cultural…aportan un análisis sobre un cúmulo de conceptos y valores, acerca de la salud, la enfermedad, la atención sanitaria, y el propio concepto de la medicina y su práctica.
Se ha asegurado con insistencia que la salud y la enfermedad no son meros hechos biológicos o físicos, sino bastante más, y por lo tanto el médico no será capaz de entenderlos correctamente sin analizarlos desde distintas perspectivas. Porque la ciencia médica estudia fundamentalmente su contenido como “hechos” (anatómicos, fisiológicos, bioquímicos). Pero salud y enfermedad son además de hechos, sucesos humanos llenos de “valores”: éticos, estéticos, jurídicos, económicos, religiosos, culturales y sociales, que deben ser suficientemente considerados y estudiados como tales, lo que, sin dudas, será de gran utilidad para todos los profesionales sanitarios. Por eso, un estudiante de Medicina debe formarse en Historia de la Medicina, Sociología médica, Antropología de la salud, Economía sanitaria, y Medicina legal, parte de las disciplinas de las Humanidades Médicas.
Pero, ¿qué Humanidades? Con una visión general, comprende las Humanidades clásicas, también llamadas “viejas humanidades”, las de la Antigüedad grecorromana y del Renacimiento, las bellas artes y las letras. Y también el estudio de las llamadas “nuevas humanidades”, la antropología, sociología, historia, psicología. Pero además de las viejas bellas artes y de las nuevas ciencias humanas, el humanismo reivindica el papel de la filosofía en la formación del ser humano.
Referente a su obligada relación con la filosofía, se comprende que en primer lugar el alumno debe aprender a pensar, a razonar, a través de la lógica del razonamiento médico, por ejemplo en Patología General. Y junto a la filosofía del ser humano, de la persona, queda el apartado más importante, el de la ética: la Bioética Médica. Parece que hay acuerdo general en la necesidad de formar al personal en esta materia y asimismo que se necesita un entrenamiento y formación específicos.
En el momento actual, conocemos ya las Directrices Generales que establecen las condiciones a las que deben adecuarse los nuevos planes de estudio conducentes a la obtención del título de médico, ya aprobadas por el Ministerio. Se señalan en sus objetivos fundamentales la adquisición de los “valores profesionales, actitudes y comportamientos éticos”, luego bien especificados como “principios éticos”. Esto supone conocer los principios básicos de la Bioética o conceptos similares: de beneficencia y no maleficencia, el principio de justicia y el respeto a la autonomía del paciente, posición defendida por nuestros Decanos.
El necesario entrenamiento debe quedar para el Hospital Universitario: durante la licenciatura mediante las estancias clínicas tuteladas; y después, al realizar el médico residente la especialidad, a ser posible con un Moderador experto en la materia, profesor, máster o al menos especialista en Bioética Médica, preferentemente miembro de una “activa” Comisión de Ética, Asistencial o de Investigación, del mismo Hospital. Son sujetos claves en este esquema docente para MIR:
a) El Jefe de Estudios y los Tutores de las distintas especialidades, responsables de incorporar en las sesiones formativas y clínicas, las implicaciones éticas surgidas en la exposición central.
b) Los Directores y profesores de los Departamentos Universitarios para incluirlos al menos de forma tangencial pero activa, en sus programas teórico-prácticos, y con los Profesores Asociados, en su labor de prácticas y asistencial. Y
c) En realidad deben implicarse todos los médicos hospitalarios con el ejemplo de su labor diaria, al realizar cada uno en su especialidad, la medicina humanista y humana que todos conocemos y deseamos, completando los conocimientos adquiridos con las habilidades y actitudes necesarias que una correcta docencia nos demanda.
Se puede llegar a conocer así, de forma directa, las distintas situaciones con implicación bioética que en el acto médico pueden acontecer:
*el derecho del enfermo a ser informado, y sus familiares si el paciente lo permite de manera expresa y tácita;
*la obligación de recabar su consentimiento, verbal o escrito, para exploraciones o tratamientos de una cierta entidad (“consentimiento informado”);
*e igualmente esta problemática de información y consentimiento en el niño y en el llamado “menor maduro”;
*comentar los problemas varios relacionados con la reproducción humana que se planteen;
*el derecho a la intimidad del enfermo y la obligación del secreto médico, con sus excepciones, y el llamado “privilegio terapéutico”;
*la actitud a seguir ante el enfermo terminal, la indicación de cuidados paliativos y el valor del testamento vital;
*el uso racional de los medicamentos y de las exploraciones “invasivas”;
*la ética de los ensayos clínicos y de la experimentación con humanos;
*la búsqueda de la excelencia en la actividad médica, etc.
Evidentemente en la información y formación básica del personal médico en Bioética Médica y en su futura formación permanente, las Comisiones de Ética y Deontología de los Colegios Médicos deben tener el protagonismo que les corresponde.
Hemos visto que el estudio de los valores como tales, nos muestra que no pueden ser considerados a nivel de una genuina ciencia, salvo que sean analizados como hechos positivos (soft science).
Que aunque el pensamiento científico pretende ser objetivo y el de las humanidades se nutre precisamente de lo subjetivo, es importante señalar que los valores no son subjetivos sino que gozan de una evidente objetividad. Y además son lo más importante que tenemos los seres humanos, aquello que da sentido a nuestras vidas, que expresa lo más profundo de nuestro ser, nuestro pensamiento y nuestra conducta. De ahí la importancia de la formación del médico en esta materia. Pero además, impulsar la formación en Humanidades Médicas y Bioética Médica en nuestras Facultades y en los Hospitales Universitarios debe ser también un instrumento estratégico en la consecución de unos genuinos médicos del siglo XXI.

Cádiz, 2008-04-07

Fdo.: Adriano López

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